A lo largo del desarrollo motor los bebés pueden utilizar diferentes formas de desplazamiento hasta que consiguen caminar (deambulación).
Estos hitos motrices no suponen únicamente un logro en sus movimientos, sino que implican también múltiples beneficios en todas las áreas de su desarrollo. De entre los diferentes tipos de desplazamiento vamos a detenernos en el gateo por su relevancia en el desarrollo global; así como, en la intervención de fisioterapia.
¿Cuáles son los beneficios del gateo?
- Permite favorecer el desarrollo visual, el bebé debe de estar más atento a lo que le rodea, para ver por dónde va y lo que está explorando, aprende a enfocar ambos ojos a una distancia de 30-40 cm aproximadamente. El bebé mediante el establecer el enfoque ocular o la distancia entre mano y ojo aprende el manejo de las tres dimensiones espaciales.
- El gateo permite desarrollar el patrón cruzado de movimiento, que es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal. Ese movimiento consiste en mover brazo derecho y pie del lado contrario, e igual con el otro brazo y pie, en cada movimiento. El gateo facilita la disociación entre ambos hemisferios cerebrales, lo que repercutirá en una adecuada destreza del niño cuando empiece a caminar.
- Permite estabilizar la musculatura del tronco y aumenta la resistencia para desarrollar posteriormente el equilibrio. Al gatear el bebé necesita trasladar el peso de una mano a otra y de una pierna a otra sin caerse para poder desplazarse, iniciándose en el desarrollo de las reacciones de apoyo y de equilibrio.
- El gateo ayuda a desarrollar destrezas manuales del niño. Al masajear la palma de la mano, ésta envía información al cerebro sobre las sensaciones y texturas que siente el niño. La estimulación de la tactilidad de la palma de la mano, beneficia motricidad fina que en un futuro podría traducirse en el control del trazo de la escritura.
- Podría mejorar la adecuada actividad de las funciones gastrointestinales, favoreciendo la digestión y los procesos de eliminación.
- Permite potenciar la integración cerebral. Nuestros hemisferios cerebrales, derecho e izquierdo, tienen funciones diferentes que deben complementarse para ofrecer un funcionamiento pleno e integral. Esto es posible cuando se comunican entre sí a través de una estructura denominada cuerpo calloso. El trabajo conjunto y sincronizado de ambos hemisferios cerebrales, que tiene lugar a través del gateo, permite el desarrollo del cuerpo calloso y de las vías neurológicas responsables del rápido intercambio de información entre todas las partes de nuestro cerebro. Este intercambio propicia una mayor maduración cerebral, que podría reflejarse en un mejor rendimiento cognitivo y emocional.
¿Cómo puedo ayudar a mi bebé para que gatee?
El gateo del bebé se puede estimular, pero no provocar, ya que surge de manera natural en el niño que va a pasar por esa fase. No obstante, desde casa se puede motivar al bebé a través del juego para que practique el gateo.
El suelo es una herramienta de desarrollo fundamental que permite libertad de movimiento de tu bebé. Es importante que nos aseguremos Siempre que se encuentre en un entorno controlado y supervisado por un adulto.
En los primeros meses de vida del niño, es importante que le pongamos boca abajo; le hablemos y estimulemos desde esa postura para que, poco a poco, vaya fortaleciendo la musculatura que utilizará al gatear.
Inicialmente, no le suele gustar demasiado estar boca abajo, podemos aprovechar para ponerle así cuando el bebé esté tranquilo y no insistir si está incómodo. El bebé se irá, gradualmente, acostumbrando y desde esa posición adquirirá habilidades que han de desarrollarse antes del gateo.
Hay bebés que no les gusta nada pasar tiempo en el suelo. Una alternativa es tumbar a tu bebé en tu barriga mientras juegas con él, cantas o haces muecas divertidas para entretenerle.
Si tienes un espejo coloca a tu bebé frente a él mientras está tumbado boca abajo. Su reflejo puede favorecer que pase un rato entretenido mientras fortalece la parte superior de su cuerpo.
Prueba a jugar con él al “avión”. Levanta su bebé por los costados haciendo como si volara. Esto le ayudará al bebé a fortalecer los músculos del cuello y de la espalda, para poder levantar la cabeza.
Otra forma de estimular el gateo con tu bebé es jugando con él, cuando ya es algo más mayor. A partir de los seis meses, con ayuda de una pelota en el suelo, túneles de juego o por imitación poniéndonos nosotros mismos a gatear a su lado. Es fundamental que tengan libertad de movimientos y jugar mucho con ellos en el suelo.
Prueba a gatear con tu bebé. El ejemplo es el más potente de los motivadores para tu bebé. Elige ropa ancha, cómoda y fresca que le permita moverse libremente.
Coloca aquellos juguetes que sabes llaman más la atención de tu bebé en el suelo a vista pero fuera de su alcance. De este modo le das metas y motivos para intentar desplazarse a alcanzarlos.
¿Qué trabajamos los fisios en el gateo?
En CIGAT trabajamos en el aprendizaje del gateo con los niños que presentan alguna alteración en el tono muscular, con objetivos específicos en cada una de sus fases, para favorecer el aumento de fuerza en los miembros superiores, la apertura de manos, la extensión activa del tronco, la disociación de los miembros, favorecer el equilibrio de fuerzas en la musculatura abdominal y paravertebral, mejorar la coordinación y favorecer diferentes cambios posturales desde la postura del gateo.
Debido a la importancia que el gateo puede tener para el desarrollo global de los niños, se recomienda fomentarlo no sólo en sus primeros meses de vida sino incluso después de que hayan adquirido la bipedestación. Cuando, pese a poder caminar, los niños juegan a reptar y gatear, están repasando las conexiones neurológicas creadas anteriormente para fortalecerlas y que permanezcan en el tiempo. Este tipo de juegos son uno de los ingredientes necesarios para mantener y mejorar sus capacidades.
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